Pude verlo en sus hermosos ojos, se reflejó claramente en sus pupilas y en su usual e intrépida forma de hablar.
No fue más que un simple cruze de palabras. Pero sí, hay más, mucho más.
Capaz fui ajena a la escena, al igual que el tiempo que los había separado hasta ese instante.
Sí, sigue ahí... pero capaz no es tan malo.
Al fin y al cabo, donde hubo fuego...
lunes, 3 de noviembre de 2008
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