sábado, 21 de febrero de 2009

seven

Esa masa pegoteada con vodka y speed de personas me dejan aturdida. Y la música flota en el aire pesado por las dos mil personas que pretenden intentar moverse. Todos tenemos nuestras historias, y así como nada se exponen al otro. A la vista se puede apreciar al par de borrachas bailando o luchando por mantenerse en pie, a los que no se despegan, al que hace los tragos, el grupo de ortivas, el que está más allá de todas las botellas que se tomó, quienes están mandando sms toda la noche, los grupos criticando la moda de aquella, e incluso a una desmayada.
Es un beso (o más), sin un "hola, qué tal?", sin nombre, sin nada. Es gracioso ver al típico Mr. Chamuyero ya a las últimas horas nocturnas jugueteando con la que finalmente le dijo que sí. O a la hora de la despedida, esos abrazos que luchan por no soltarse más. Aparentemente eso es, nada.
Sin embargo te miran, te fichan y siendo los más cara-rota con perfume etílico de la noche se te acercan con el palabrerío más incoherente y me hacen reír. Y una vez más me convenzo de que sin mi Dr. Lemon es todo un poco más aburrido y que ese lugar requiere de una preparación mental, física y espiritual previas.
Se acordarán mañana?

2 comentarios:

aburrida dijo...

No te hagas problema, eso es lo que hacen cuando tienen las hormonas brotando por la epidermis.
Gomear te gomean siempre, pero esa necesidad vacia de besarte a alguien por que si, naaaah se pasa. Es como que despues ya no te alcanza y no vas a perder el tiempo

aunuqe hay cada uno...

Anónimo dijo...

Reflexión: son unos cerdos.