viernes, 13 de febrero de 2009

shine on me, shame on you

Y vuelve a dejarte ese hueco horrible adentro. Ya no sirve llorar, pero lo intenta de nuevo.
Se levanta, perseverante aunque internamente esté muerta y todo tenga ese sabor amargo y envolvente a soledad.
Mira los ojos cegados de las personas: lo busca y encuentra indiferencia. Se acerca y la apuñala con palabras. Se aleja y la ata con desesperación.
Ya no entiende, ya no sabe.
Conoció mucho con él al poco tiempo, supo lo que era querer y admirar desde lo más hondo de sí, en pos a su rutina de asperezas y silencios sin una gota de amor. Conoció la duda, los celos de verdad y la locura por él. Incluso en su odio seguiría amándolo.
Me vendiste verdades horribles adornadas con flores rojas. Me encandilaste, me ataste a vos y muy concientemente a expensas de mi inconciencia, aún vigente.
"Quizás muera odiándote y entendiéndote a la vez, que de tanto que pude haber hecho por vos, entregues mi alma al mejor postor."
Es terrible pretender no querer, queriendo. Sin queriendo, claro que por miedo... el miedo hipócrita o una excusa barata para algo/alguien no muy relevante.
No quiero clasificarme en el patético cliché acorde a esta situación respecto a mis años. No quiero que minoricen mis sentimientos, y ruego que con los años no se achicharren o marchiten en el fondo de la cartuchera donde guardé la flor amarilla y la punta del boleto, entre otras sensaciones.
Intenté, no soy fan de los temas serios o...prácticamente serios. Intenté con la libertad propuesta, pero realmente no sirve. Me traicioné para probar que las cosas no son así, y fue lo más clasificablemente estúpido e inútil que hice. Por cierto, seguramente es muy incoherente empezar a escribir en 2ª, 3ª persona y terminar en 1ª pero no puedo evitar la catarsis. Mis disculpas a los aturdidos lectores.
Cuidado! que no se confunda con un reclamo de rencores varios...
Sé que no es nada, sé que no va a ser nada y que en cualquier momento con suavidad de cuchilla afilada me extirpás de tu vida sin ninguna culpa con fundamentos muy triviales pero no por eso menos asesinos. Y sólo te queda seguir, como muerto vivo con el corazón mutilado y ojos brillantes hasta que le des pase libre al querer más y mejor.
Pero te juro que me muero, me muero por vos.

No hay comentarios: