viernes, 24 de abril de 2009

libido

Entonces se ponía loca.
Rebotaban en las paredes palabras vacías y lápices de colores. Arañaba la madera hasta que le sangrasen los dedos y las uñas quebradas. Rompía las sábanas y junto a ellas, sus sueños. Caminaba por el cielo raso y arruinaba las hojas escritas con sus lágrimas. Cada tanto se obsesionaba con prender fuego un poco de su alma. Poco a poco se deshacía por dentro y por fuera, entonces corría a la ventana a espiar a las personas.
Inspiró desesperadamente el aire frío de la mañana que le recorrió el cuerpo magullado. Y empezó a jugar con una vieja cicatriz de un pasado. Pasaba horas y horas borrando, destejiendo, cortando y pegando la súbita realidad. Por cada suspiro, una maldición, y ya poco le importaba el karma. Se revolvía el pelo y miraba con sus ojos desorbitados a las figuras en movimiento que se desdibujaban en el cemento. Tan lejos de donde ella estaba. Allá. Acá. Y antes escribía cuentos llenos de estrellas fugaces.

1 comentario:

Julián dijo...

hla amig kmo tz (?)

Es mi nueva práctica ya que todos odian mi ortografía (?

Bueno, me gusta tu blog... sólo e4so puedo decir xd (Es que no leí mucho)